Las mujeres empresarias tienden a quedarse estancadas en el nivel más bajo de la cadena de valor de la actividad, mientras que los hombres obtienen mayores beneficios en el nivel más alto. La OIT desarrolló un modelo de cinco pasos para ayudar a las mujeres a superar la brecha de género en la iniciativa empresarial.
Cuando se camina por cualquier pueblo o aldea de mi país natal, la República Democrática de Congo, se ve una gran cantidad de peluquerías, la mayoría dirigidas por mujeres. La gran parte se dedica a trenzar, cortar y peinar. Pero no es ahí donde se gana dinero. Sus establecimientos se estancan, en realidad nunca progresan.
Después, se encuentran pequeñas fábricas que producen productos para el cabello utilizados por estas mujeres emprendedoras. En la mayoría de los casos, los hombres son los propietarios y administradores de estas fábricas, quienes han encontrado la manera de beneficiarse de los segmentos más lucrativos de la cadena.
Esta desigualdad de género se observa en muchas partes del mundo, donde las mujeres están atrapadas en los niveles más bajos de la cadena de valor, o donde están concentradas en los sectores tradicionalmente femeninos, de bajos ingresos.
Tomemos como ejemplo Somalia, en mi función como responsable técnico principal de la OIT del equipo del programa Desarrollo de la Iniciativa empresarial de la mujer (WED), he pasado mucho tiempo con las mujeres empresarias somalíes que trabajan en la cadena de producción láctea. Ellas pueden tener una o dos vacas y vender la leche en los mercados o en las calles de Mogadiscio, la capital. La mayoría no considera pasar a una actividad más rentable, en parte porque la producción de leche, con frecuencia, se transmite a las mujeres de una generación a otra y es percibida como una ocupación tradicional de las mujeres.
El objetivo de nuestro equipo WED es ayudar a las mujeres a “agregar valor” a las empresas que ya tienen en los sectores esenciales dominados por mujeres y estimularlas a aventurarse en sectores más productivos, con frecuencia orientados al crecimiento y dominados por los hombres. Hemos desarrollado un modelo de ampliación en cinco pasos para contribuir a que esto suceda:
- Identificar y evaluar los sectores donde las mujeres pueden establecer y desarrollar mejor sus empresas. Esto incluye los sectores donde las mujeres ya tienen una presencia significativa y aquellos que tradicionalmente están dominados por hombres, a los cuales las mujeres pueden ser estimuladas a entrar.
- Proporcionar apoyo empresarial personalizado, lo cual incluye formación empresarial, gestión de la continuidad de las actividades, desarrollo de las competencias sociales que respondan a las necesidades de las mujeres y de los hombres. Al trabajar con las organizaciones que prestan apoyo a las empresas locales, garantizamos que estos servicios sean sostenibles y disponibles aún después que los proyectos han finalizado.
- Ayudar a las mujeres empresarias a acceder a los mercados, a través de la colaboración con el gobierno y el sector privado a fin de promover políticas de contratación y de adquisiciones que beneficien e incluyan a las mujeres, ayuden a las mujeres emprendedoras a tener éxito en los procesos de licitación, las informen sobre los mercados y las apoyen en el cumplimiento de las normas y condiciones.
- Facilitar el acceso a las finanzas al informar a las emprendedoras de las diversas opciones de financiamiento, como las instituciones financieras tradicionales, y otros mecanismos menos convencionales, como los inversionistas de impacto.
- Fortalecer la voz y la representación de las mujeres al crear redes de apoyo entre pares y facilitar su participación en las principales asociaciones y plataformas. El objetivo del desarrollo de las competencias transversales y el fortalecimiento de las redes es también el de estimular a las mujeres a ampliar sus actividades y entrar en los sectores dominados por los hombres.
El 19 de noviembre celebramos el Día Internacional de la mujer emprendedora. Este es un día para reconocer los logros de los cientos de miles de mujeres propietarias de empresas en el mundo. Además, es un momento para poner de manifiesto las dificultades que enfrentan y las maneras en que pueden superar la brecha de género en la iniciativa empresarial.