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Perspectivas sobre el mundo del trabajo
Foto: Francisco Cruz Anaya
Seguridad y salud en el trabajo

Un buen café, salva vidas

Me llamo Briseida Venegas Ramos. Soy de la comunidad cafetera Ixhuatlán en Veracruz, México, donde mi familia ha trabajado la tierra durante más de 100 años. Para nosotros, el café es vida.

Seguí el camino de mis padres, abuelos, y tatarabuelos al convertirme en una agricultora a tiempo completo. Actualmente soy la presidenta de una cooperativa agrícola, la Cooperativa Campesinos en Lucha Agraria de la organización Vida AC. Mi tío ocupó el mismo cargo antes que yo.

Me siento orgullosa de cultivar la tierra. Nací aquí. Aquí están mis raíces.

Briseida Venegas RamosPresidenta de una cooperativa de café dirigida por mujeres en México.

Me siento orgullosa de cultivar la tierra. Nací aquí. Aquí están mis raíces.

Tenemos relaciones estrechas con las escuelas, las familias, los productores y los tostadores de café locales, y tratamos de formar alianzas entre ellos.

En segundo plano, Briseida le da forma a una tortilla con sus manos. En primer plano, una mujer más anciana pone huevos revueltos en una tortilla, que se cocina sobre una hoguera.

Preparamos tortillas, ¡trabajar así da hambre!

© Francisco Cruz Anaya

Ser un productor de café significa levantarse a las seis de la mañana, ir al molino, preparar las tortillas, después controlar la plantación o la cosecha. Algunas veces, terminamos el día a las nueve o diez de la noche. Es agotador.

Recuerdo una vez, estaba trabajando con una máquina y mis manos estaban mojadas. Accioné un interruptor y salieron chispas. ¡Me asusté! Aprendí que tengo que secar mis manos antes de usar la máquina. Ahora soy más cuidadosa.

Nos enteramos del programa sobre seguridad y salud de la OIT gracias a un grupo de agricultores de café que conocimos en la Cumbre Internacional del Café.

Un grupo de nuestros miembros completó el curso en enero 2021.

Briseida Venegas Ramos elimina las malas hierbas con un azadón en una parcela de terreno. Tiene un cuchillo en una funda sujetada a su cinturón.

Ahora estoy mucho más atenta cuando uso herramientas afiladas.

© Francisco Cruz Anaya

Antes de participar al curso, no teníamos ninguna norma específica para prevenir accidentes.

Después comprendimos que era necesario controlar el estado de nuestras máquinas de manera regular, en particular las más viejas que no estaban siendo mantenidas. Nos dimos cuenta que teníamos que arreglar el interruptor de luz de una de ellas.

El curso nos proporcionó orientación esencial sobre el uso de herramientas afiladas. Además, nos enseñó la importancia de la ropa de protección y evitar levantar cargas pesadas. Aprendimos que no es saludable trabajar de 9 am a 9 pm. Ahora nos aseguramos que los hombres y las mujeres compartan equitativamente las tareas, tanto dentro como fuera de la casa.

Briseida Venegas Ramos frente a una pantalla que muestra los mensajes de la OIT en materia de seguridad y salud.

Nuestros conocimientos sobre seguridad y salud en el trabajo mejoraron.

© Francisco Cruz Anaya

Quisimos correr la voz entre nuestros miembros, así que en una de nuestras reuniones presentamos el curso a todos los participantes.

Hoy día, nuestros colegas aplican lo que aprendieron para mejorar su calidad de vida, permanecer sanos y prevenir accidentes en el trabajo.

Una mujer pone café en una máquina, cerca de ella Briseida Venegas Ramos sonríe.

Transmitir los conocimientos que aprendimos nos hace sentir a todos nosotros más seguros.

© Francisco Cruz Anaya

Aunque nuestros conocimientos sobre seguridad y salud en el trabajo han mejorado, algunas cosas no cambiarán nunca. Nuestro objetivo es tener éxito como familia. Para lograrlo, tenemos que seguir expandiendo nuestra cooperativa, centrarnos en producir café de alta calidad, garantizar la seguridad y la salud y promover prácticas respetuosas del medio ambiente.

En el futuro, imagino mi familia cafetera, con una cosecha abundante, todos nosotros trabajando en armonía y buena salud.

Briseida Venegas Ramos carga un saco con granos de café y camina por un sendero junto a otra mujer. Plantas altas y verdes bordean el camino.

Para una pequeña familia de productores como nosotros, el café es vida, y debemos seguir transmitiendo nuestras tradiciones agrícolas a la siguiente generación.

© Francisco Cruz Anaya

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