Cuando, el 6 de febrero 2023, múltiples terremotos sacudieron Türkiye y Siria, decidí ayudar a los sobrevivientes con su salud mental a través de mi plataforma Peace Therapist. Sé por experiencia lo que es sufrir un trauma. Tenía 16 años cuando mi familia huyó de la guerra en Siria y nos convertimos en refugiados en Türkiye.
Crecí en la ciudad de Raqqa en Siria. Cuando comenzó la guerra, no sabíamos lo mucho que empeoraría la situación.
Una noche hace diez años, un avión lanzó una bomba sobre un edificio a 200 metros de nuestra casa. Diez minutos después estábamos en el auto, todos en pijama. Mi padre condujo a toda velocidad para alejarnos del peligro.
Al cruzar la frontera con Türkiye, recibimos la noticia de que nuestra casa y la de nuestros vecinos y familiares habían sido destruidas.
Pensé que estábamos a salvo porque habíamos salido de Siria, pero aunque la guerra estaba lejos pronto me di cuenta de que seguía dentro de mí. Tenía problemas psicológicos y durante todo un año no logré salir de mi casa.
Mi familia fue de gran apoyo. Y mientras poco a poco me recuperaba de esa terrible experiencia, comencé a ver mi entorno de otra manera. Me di cuenta de que cientos, miles, quizás millones de refugiados como yo también se estaban enfrentando a muchas dificultades.
Estaba buscando una manera para reconectarme con la vida: decidí continuar mis estudios. Fui a la universidad y estudié ingeniería informática. También seguí cursos de iniciativa empresarial.
Durante la primera formación, el instructor nos explicó la utilidad de la capacidad empresarial y cómo crear un proyecto que facilitara la vida de las personas. Fue mientras él explicaba esto que imaginé Peace Therapist.
Peace Therapist es una plataforma en línea que diseñé, creé y ahora dirijo. Pone en contacto a psicólogos con las personas que necesitan apoyo psicológico.
Cursaba tan sólo el segundo año de universidad cuando la puse en marcha. Fueron muchas las personas que trataron de disuadirme. Me decían que no sería posible por ser mujer y refugiada.“Ni siquiera hablas turco”, me decían. “No lo lograrás”. Pero seguí adelante con mi plan, y hoy día Peace Therapist es una empresa social galardonada.
Evaluamos a las personas en función de sus necesidades psicológicas, ofreciéndoles terapia individual y de grupo.
Los servicios están disponibles en las lenguas nativas de las personas: árabe, inglés, kurdo y turco. Quería centrarme en los problemas que padecen los refugiados. Somos la primera plataforma en Türkiye que ofrece además terapia en árabe.
Cuando se produjeron los terremotos, comprendimos la magnitud del evento porque nosotros en Peace Therapist estábamos en la zona donde tuvieron lugar. Inmediatamente abrimos todos nuestros servicios gratuitamente con un equipo de psicólogos voluntarios.
Después, en colaboración con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), pudimos llegar a un mayor número de personas, incluso por teléfono y a distancia, a través de nuestra plataforma. Esto fue importante porque muchas personas habían perdido sus casas y necesitaban contactarnos con facilidad. Entre marzo y diciembre, Peace Therapist ofreció apoyo psicológico a 3.445 personas.
Más de la mitad de nuestros clientes son refugiados sirios. Muchos todavía no han superado el trauma de la guerra, menos aún el causado por el terremoto y han necesitado sesiones extra de terapia.
En esta parte del mundo, la terapia psicológica se considera a menudo como algo que puede ser vergonzoso. Reflexionamos mucho sobre cómo acercarnos a las personas para que el temor nos les impidiera buscar ayuda.
Nunca describimos a alguien como un paciente enfermo, lo llamamo simplemente cliente. A algunos grupos de terapia los llamamos formaciones orientadas a la confianza en sí mismo y a la sensibilización. Además, las personas pueden recibir terapia de forma anónima, esto ha sido popular, en particular, para las mujeres refugiadas.
También llegamos a las personas a través de seminarios, talleres y diversas actividades sociales, como por ejemplo compartir oportunidades de trabajo en un grupo de Whatsapp llamado “Peace Therapist Opportunities”.
Mi objetivo es trabajar a favor de la paz y encontrar soluciones a los conflictos. Sabemos que aproximadamente uno de cada cuatro refugiados en el mundo que ha vivido la guerra tiene problemas psicológicos. Si los ayudamos a mejorar sus vidas y a recuperar confianza en sí mismos, podremos incrementar la cohesión social entre los refugiados y las comunidades de acogida.
Cuando iniciamos nuestra cooperación con la OIT, recuerdo en particular a un refugiado de 34 años. Tenía miedo a presentarse en público y esto le impedía encontrar un trabajo. Después de nueve sesiones de terapia y, gracias al trabajo de voluntariado que le ayudó a recuperar la confianza en sí mismo, encontró empleo. Posteriormente nos dijo que hubiese deseado participar a una terapia antes y que: “Me sentí como encontrarme a mí mismo de nuevo”.
Cuando miro atrás, yo a los 16 años, una joven refugiada traumatizada por la guerra en Siria, sé que una plataforma como Peace Therapist podría haberme ayudado y eso es lo que me motiva hoy día. Si tenemos la posibilidad de cambiar la vida de tan solo una persona, es suficiente para nosotros.