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Perspectivas sobre el mundo del trabajo
Foto: ILO/OIT Wang Yihong
Inclusión de personas con discapacidad

No permitiré que la ceguera me defina

Me llamo Bi Qiting y mi apodo es "Pequeña Loba". Perdí la visión a los 14 años. Estudio para ser instructora de natación porque quiero ayudar a otras personas con discapacidad a salir de casa, hacer ejercicio y disfrutar más de la vida.

Mi apodo se basa en un libro infantil titulado "El sueño de ser un rey lobo", que trata de una loba que cría a sus cachorros con la esperanza de que lleguen a ser reyes lobos. ¡Ese libro me inspiró tanto que quise que mi apodo aludiera al mismo!  

Crecí como una niña normal, aunque no podía ver con mi ojo derecho desde que nací. Sin embargo, mi visión empezó a deteriorarse en 2014 y, un año después, la perdí completamente. Tuve que dejar de estudiar y nunca me licencié.

No tenía nada que hacer y me sentía desesperada y frustrada. No dejaba de preguntarme qué haría con mi vida. Lo peor era que parecía que nadie prestaba atención a mis sentimientos u opiniones. Se esperaba que cumpliera lo que decidiera mi familia y que no tomara ninguna decisión por mí misma, ni siquiera sobre el color de mi ropa. Mis padres no tenían ninguna esperanza en mí.

VÍDEO CON AUDIODESCRIPCIÓN PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD VISUAL

VÍDEO CON SUBTÍTULOS PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD AUDITIVA

La luz volvió a mi vida en 2016, al lograr ser nadadora profesional con el respaldo de la federación local de personas con discapacidad.

En 2017, participé en los Campeonatos de Natación de Guangzhou y gané una medalla de oro por primera vez. Posteriormente, en agosto de 2018, obtuve tres medallas de oro y una de plata en los Juegos Provinciales de Guangdong. Eso me motivó y asombró a los demás. Mis padres empezaron a reconocer mi capacidad y mi potencial.

Sin embargo, en 2018 me lesioné durante un entrenamiento. Mi mundo se derrumbó y me quedé en casa de nuevo.

Mi mensaje a los jóvenes con discapacidad es que el mundo exterior no es tan aterrador como parece. Al salir a la calle, descubrirán muchas cosas nuevas.

Pequeña LobaInstructora de natación en formación

Por fortuna, en febrero de 2020 me incorporé a un programa de formación profesional dirigido por la sección china de la Red Mundial de Empresas y Discapacidad de la OIT. Se llamaba "Camino al éxito". En la formación nos enseñaron a elaborar un currículum y adquirimos competencias sobre realización de entrevistas. Aprendí mucho.

Tras unirme al grupo, descubrí que todos sus miembros eran personas con discapacidad. Poco a poco nos fuimos conociendo y empezamos a charlar e intercambiar ideas. Descubrí que no estaba sola.

El fuerte sentimiento de pertenencia a un grupo me infundió valor y energía. Estaba decidida a reincorporarme a la sociedad y a ganarme la vida.

Pequeña Loba está en la piscina con la amiga a la que da clases de natación. Le enseña a nadar levantando el brazo en el aire.

Pequeña Loba dando clases en la piscina.

© ILO/OIT Wang Yihong

Decidí ser instructora de natación, especialmente de personas con discapacidad con escasas oportunidades de practicar deporte, pese a los claros beneficios que el deporte aporta a su vida. Quiero ayudarles a que salgan de casa y disfruten más de la vida.

También he aprobado un examen de buceo y he obtenido un certificado. Hago prácticas de formación y salvamento de personas bajo el agua.

Está muy extendida la creencia de que no se puede ser monitor de natación si se es ciego. La gente me pregunta: "¿Qué sucede si un alumno de natación está en peligro?

Aunque no podemos ver, lo compensamos utilizando más el oído. Atamos una campana a la alumna para "oír el peligro" y encontrarla rápidamente en caso de que corra riesgo de ahogarse o hundirse. Nuestra enseñanza también abarca otras actividades especificas y claras.

Antes de que una alumna aprenda completamente a nadar, mantengo un contacto físico permanente con ella. La ventaja es que puedo entenderla, al padecer, al igual que ella, discapacidad visual, y sé qué movimiento no puede asimilar bien, por ejemplo cómo mover las piernas en el agua. Le explico cómo enderezar las piernas como una bailarina de ballet, no como una ciclista, o le dejo sentir mis pies para mostrarle cómo estirarse y mover los pies.

Pequeña Loba se sienta en un escritorio delante de un ordenador. Escribe en un teclado.

Pequeña Loba trabaja en un ordenador con ayuda de un lector de pantalla.

© ILO/OIT Wang Yihong

Debe entenderse que cada uno de nosotros es una persona. Se nos debe ver primero como persona, no como alguien con discapacidad. La discapacidad es sólo una de nuestras muchas facetas. Hay que centrarse, sobre todo, en lo que somos capaces de lograr.

Mi mensaje a otros jóvenes con discapacidad es que el mundo exterior no es tan aterrador como parece, ni infunde tanto temor. Al salir, se descubren muchas cosas nuevas. Se comienza a hacer amigos, participar en actividades, tener nuevas experiencias, adquirir conocimientos y tejer una red social propia. Todo eso será muy útil a nivel profesional, y para muchas otras cosas.

Se nos debe ver primero como persona, no como alguien con discapacidad. La discapacidad es sólo una de nuestras muchas facetas. Hay que centrarse, sobre todo, en lo que somos capaces de lograr.

Pequeña LobaInstructora de natación en formación

Mi siguiente proyecto es obtener un certificado de inmersión libre, porque quiero bucear en el mar. Mucha gente piensa que bucear en el mar no tiene sentido porque no puedo ver. Eso me entristece. ¿Por qué creen que no tiene sentido que me sumerja en el mar? ¿No puedo probar algo nuevo, diferente?

Quiero demostrar que se equivocan.

Pequeña Loba en una piscina sonriendo.

De momento practico buceo en una piscina, pero algún día espero hacerlo en el mar.

© ILO/OIT Wang Yihong

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