Me llamo Padma y soy de Vashi, una pequeña aldea del distrito occidental de Kanchanpur, en Nepal. Mi familia trabajaba en una explotación agrícola en condiciones de servidumbre. Se nos llama Haliyas.
Trabajábamos para el propietario para pagar nuestra deuda. Ésta provenía de mis padres, o quizás mis abuelos... Nunca se saldó, así que seguimos trabajando sin cobrar. Todo lo que recibíamos del propietario era un saco de arroz y un par de prendas por año de trabajo. No teníamos libertad para irnos, ni para tomar nuestras propias decisiones.
Nunca fui a la escuela; sólo sabía firmar con mi nombre y efectuar pequeñas transacciones.
El Gobierno de Nepal abolió en 2008 el sistema Haliya y declaró nuestra libertad. Pero mi pueblo sigue luchando por lograr trabajo y medios de subsistencia.
Mi vida cambió cuando me ofrecieron una formación intensiva en cultivo de hortalizas fuera de temporada y en desarrollo de competencias empresariales y personales.
Pese a que mi familia siempre ha trabajado en la agricultura, no sabíamos mucho sobre ésta. La formación fue muy útil para aprender sobre semillas, los diferentes tipos de suelo, la forma de hacerlo más fértil y la cantidad adecuada de fertilizante y agua que hay que utilizar. La formación me permitió entender por qué hay que evitar la luz solar directa en el cultivo de hortalizas. Antes pensábamos que la agricultura era una tarea fácil, y que las semillas o el clima eran la causa de las malas cosechas.
Luego alquilé una pequeña parcela a mis vecinos para cultivar hortalizas.
La primera vez que fui al bazar a vender hortalizas estaba muy nerviosa. Mi corazón radiaba emoción y ansiedad. Una serie de preguntas nublaba mi mente... ¿Qué haría si un cliente me entregaba un billete de gran valor y no podía devolverle el cambio? Era un día muy especial para mí, el primer día de venta tras haber abierto mi propio negocio de cultivo y venta de hortalizas.
Ahora siento que puedo mirar el futuro con esperanza.
La demanda de hortalizas fuera de temporada es elevada en el mercado, en particular de pepinos y tomates. A veces la gente visita mi parcela para comprar en ella productos frescos. Aunque no vendo verduras a diario, ¡me ahorro algo de dinero!