Estuve en prisión por robar vainilla. Ahora trabajo fabricando bloques de hormigón y no hay motivos para que regrese a prisión.
Deseo trabajar porque en la prisión no tenía ningún futuro. No quiero volver a robar cosas que pertenecen a los demás.
Estoy dispuesto a aconsejar a mis amigos que no hagan lo mismo que yo, y considero que es mi deber dar ese consejo.
Mi delito fue robar vainilla con otra persona. Nos atraparon a ambos y nos encarcelaron.
© Emma RaboanalyEstuve en el centro penitenciario de Antalaha, en el que recibí formación. Fue una experiencia satisfactoria que me permitió adquirir conocimientos de albañilería y obtener un diploma.
Internos del centro de Antalaha aprenden a fabricar un bloque de hormigón.
© Emma RaboanalyEn prisión aprendimos a fabricar bloques de hormigón, a construir un muro con ellos, a sentar cimientos, y a hacer encofrados y pilares. Construimos varias casas pequeñas y una pequeña cocina... Aprendimos muchas cosas.
Lo que realmente deseo es trabajar para ganar dinero y proseguir mi vida.
Sergio RazafindramananaAlbañilería
Al terminar la formación regresé a mi aldea. Intenté aplicar mis conocimientos para fabricar bloques de hormigón.
Pero debido a la pandemia de coronavirus, las ventas han disminuido enormemente. El negocio no es rentable. Ya no hay jefes que compren bloques. Tuve que ingeniármelas para sobrevivir.
Sergio Razafindramanana
Vivo aquí con mi tío y mi abuelo.
© René LevitaMi tío es albañil, posee experiencia en el oficio y hace todo lo posible para ayudarme a adquirir materiales.
Cuando termine la pandemia de coronavirus volveré a fabricar bloques de hormigón.