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Perspectivas sobre el mundo del trabajo
Foto: Lord R. / ILO

Podcast el futuro del trabajo

Episodio 35
Empleo juvenil

Empleo juvenil: hay que repensar las estrategias

19 de septiembre de 2024
00:00

En este episodio de Voces de la OIT analizamos el empleo juvenil a través del último informe de la Organización Internacional del Trabajo.

El desempleo entre los jóvenes de 15 a 24 años ha alcanzado su nivel más bajo de los últimos 15 años - 13% en 2023 - pero la realidad es más compleja: casi 20% de los jóvenes del mundo no trabajan, no reciben formación ni educación (los “ninis”). Así que urge hacer algo diferente.

Hablamos con Susana Puerto, jefa del Acelerador del empleo juvenil de la OIT, y Katherine Velasteguí, que efectúa sus prácticas en la sede de la OIT en Ginebra.   

Transcripción

[música de fondo]

Hola. Bienvenidos a este nuevo podcast de la OIT.

Hoy vamos a hablar de la situación del empleo

juvenil y de los problemas

a los que se enfrentan los jóvenes a la hora de buscar trabajo.

Muchos jóvenes que acaban de salir de sus estudios

llenos de esperanza y energía, listos para conquistar el mundo laboral,

deben franquear toda una serie de obstáculos.

Las ofertas de empleo parecen escritas en un idioma extranjero.

Muchas piden cinco años de experiencia para puestos

de principiante y no hablemos de las practicas no remuneradas que,

desafortunadamente, ya son algo normal.

Según el último informe que acaba de publicar

la Organización Internacional del Trabajo,

a pesar de una pequeña mejora en los últimos años,

el desempleo y la precariedad siguen siendo

una realidad preocupante para la mayoría de los jóvenes.

El informe también menciona otra tendencia no menos preocupante.

El número de jóvenes que ni trabajan ni estudian ni reciben formación,

los famosos ninis, sigue aumentando.

El informe también destaca la creciente

ansiedad de los jóvenes trabajadores ante esta situación y ante todos

estos obstáculos que deben franquear.

Se puede entender.

Para hablar de este tema hoy tenemos

el placer de recibir a dos invitadas.

Susana Puerto, jefa del acelerador del empleo juvenil de la OIT,

y Katherine Velasteguí, de Ecuador,

que efectúa sus prácticas aquí en la OIT,

que es politóloga y especialista en migración

y que nos va a contar su experiencia a la hora de buscar trabajo.

Vamos a empezar con las grandes tendencias sobre el empleo juvenil.

Susana, el informe de la OIT tiene buenas y malas noticias.

¿Nos las puede resumir?

Claro que sí, Isabel.

Gracias, es un placer estar en tu podcast.

Empecemos con las buenas noticias.

La tasa de desempleo juvenil del 2023 fue del 13%

Esta es la tasa más baja que el mundo haya visto en los últimos 15 años.

Hoy día podemos decir en términos generales

que la dura realidad de los jóvenes que intentaban

conseguir trabajo durante el periodo de crisis

de la COVID-19 ha quedado prácticamente atrás.

Digo en términos generales porque el informe también concluye

que la recuperación observada desde la tasa

de desempleo juvenil no ha sido universal.

Otra preocupación es la dinámica de género de la recuperación.

Antes de la pandemia, los hombres jóvenes a nivel mundial mostraban tasas

de desempleo más altas que las mujeres jóvenes.

Luego, durante el periodo de crisis,

las tasas de las mujeres jóvenes alcanzaron a las de los hombres.

De manera que hoy día, la tasa de desempleo de las mujeres jóvenes

es del 12,9% y la de los hombres jóvenes es del 13,1%

Esta confluencia es ciertamente una mala noticia para las mujeres

jóvenes que están activamente buscando empleo alrededor del mundo.

Gracias, Susana.

¿Cómo se explica el elevado número de jóvenes

que no tiene empleo ni formación ni educación, los famosos ninis?

¿Cómo puedes explicar que esta tendencia esté aumentando?

El número de jóvenes que ni trabajan ni estudian

ni reciben formación continúa siendo alto y preocupante.

En el 2023 la tasa mundial

de estos jóvenes era cerca del 20,4%

Las tasas de las mujeres jóvenes alcanzaron

el doble que las de los hombres jóvenes.

Para darte una cifra más detallada,

dos de cada tres jóvenes que ni trabajan

ni estudian ni reciben formación son mujeres.

Ahora, a tu pregunta cuáles son las causas.

¿Por qué sigue siendo preocupante?

Las causas son diferentes según el contexto y la exposición que tenga

cada joven al mercado de trabajo o su pasado en términos

de sus credenciales educativas, pero déjame darte un par de razones.

Primero, las habilidades que se adquieren en la escuela,

en la universidad o en los centros de formación no siempre corresponden

con las habilidades demandadas por los empleadores.

De hecho, en el reporte y a través de los análisis que hicimos,

en el reporte encontramos que dos de cada tres trabajadores adultos

jóvenes -estos son los que tienen entre 25 y 29 años-.

que viven en economías en desarrollo tienen

calificaciones que no se adaptan bien a su trabajo.

La segunda causa o el segundo elemento que tenemos

presente es esta trampa de la experiencia laboral.

Los jóvenes a menudo se encuentran en una situación

paradójica en la que no son contratados porque carecen

de experiencia laboral y al mismo tiempo carecen

de experiencia laboral porque no son contratados.

Es casi como el enigma del huevo o la gallina

que solo puede resolverse cuando alguien

interviene y le da al joven o a la joven su primera

oportunidad de conseguir un trabajo.

Katherine, ahora voy contigo.

¿Cuáles son los principales obstáculos

que encuentras a la hora de buscar trabajo?

¿Cuál ha sido un poquito tu recorrido?

Como mujer y como persona joven siento

que ya vivo una especie de doble

desafío al incursionar o al intentar ingresar al mundo laboral.

Ahora, uno de los principales desafíos en los que puedo pensar

es realmente el nivel de experiencia

y el nivel de requerimientos

que se nos hacen como profesionales jóvenes.

Pasa mucho que, como habíamos comentado anteriormente,

para roles de ingreso o un primer

rol de trabajo sin nada de experiencia,

que en teoría debería funcionar de esa manera,

para nosotros los jóvenes se nos pide más de tres años de experiencia,

muchas recomendaciones, un bagaje académico extenso,

lo cual limita mucho las posibilidades de acceder

a un trabajo y más aún a un trabajo digno.

También algo que hay que analizar es cómo era el espectro

o el contexto laboral de hace 10 años o de hace 20 años,

qué se pedía para que las personas puedan

ingresar a un trabajo y qué se pide ahora.

¿Tú piensas que se pedía menos cosas antes que ahora?

¿Piensas que lo tienes más difícil?

Sí, completamente.

No solo porque vivimos en un mundo más cambiante, más desafiante,

sino que también hay mucha más incertidumbre.

Hay mucha más crisis, recesión económica,

problemas y contexto sociopolíticos,

geopolíticos en el mundo que nos impulsan

o más bien nos desafían a prepararnos constantemente,

a tener mucha más experiencia.

Claro, tal vez hace 10 o 20 años no había un contexto

de globalización como el que vivimos ahora.

Porque ahora no solo tienes que competir

con la gente que está en tu país, sino de una forma mucho más global.

Claro, completamente.

En mi caso, en mi país ya de por sí

el contexto laboral para jóvenes y para jóvenes mujeres-- -En Ecuador.

Sí, en Ecuador.

Es muy complicado actualmente por problemas estructurales,

sistemáticos, económicos, etcétera.

El hecho de no solo competir con un mercado local,

sino competir ya con

un mercado más globalizado lo vuelve mucho más complicado.

Una cosa es encontrar un trabajo y otra muy distinta encontrar un trabajo

decente que pague un sueldo digno

y que además ofrezca perspectivas de carrera.

A este respecto, el informe de la OIT del que hablábamos

dice que en todo el mundo cada vez más jóvenes tienen empleos precarios

que no les dan realmente opciones de futuro.

Susana, vuelvo a ti.

¿Puedes darnos más detalles?

¿Ha empeorado esta tendencia y por qué?

Sí.

Desafortunadamente la falta de trabajo decente

es algo que hemos visto a través de los años.

Empeoró un poco con la pandemia,

pero es algo que continúa siendo bastante prevalente.

Los jóvenes empleados luchan con empleos de mala calidad y bajos salarios.

Déjame te doy un ejemplo.

Hoy en día, solo uno de cada cuatro trabajadores jóvenes en países

de bajos ingresos tendrá un trabajo regular y seguro

en comparación con tres cuartas partes de los jóvenes

trabajadores jóvenes en un país de altos ingresos.

Este hecho te puede dar un poco la dimensión

no solo de las disparidades

entre regiones y entre los grupos de países por nivel de ingreso,

pero también la realidad de muchos de estos jóvenes

que no solo se enfrentan a trabajos inseguros e irregulares,

sino también a altos niveles de informalidad.

Gracias, Susana.

Katherine, ¿tú qué necesitarías?

¿Qué pedirías, por ejemplo, a los gobiernos,

a los empleadores o a la gente donde te has formado?

¿Qué hicieran para ayudarte a justamente acceder al mercado laboral?

Considero que, en primer lugar,

si hablamos de trabajo digno y empleo digno

tenemos que hablar de educación de calidad,

y más aun de acceso a la educación.

En Ecuador al menos cada vez más existe una brecha de deserción escolar

y una caída significativa año tras año.

Primordialmente, si necesitamos y queremos

hablar de acceso a trabajo digno y decente

tenemos que asegurar que niños y niñas

tengan acceso a educación de calidad,

puedan vivir en un contexto

en el que las brechas de desigualdad se reduzcan,

en el que no exista inseguridad y violencia,

en el que la economía no esté en recesión.

Si bien se han aumentado reformas, al menos en Ecuador,

reformas educativas,

esto no necesariamente resuelve los problemas de estructurales

que empujan a un estudiante a salir del sistema.

Ese sería el primer punto primordial.

Ahora, después,

ya en un espectro de educación superior,

el primer requisito fundamental

sería el acceso a pasantías o prácticas remuneradas.

Porque, claro, hablamos de estudiantes que seguramente tienen

que dedicar el 100% de su tiempo a sus estudios,

claramente, y que se vuelve mucho más desafiante también al mismo

tiempo tener un trabajo que le sirva para poder sobrevivir.

Poder también tener esa oportunidad de pasantías remuneradas,

de prácticas remuneradas,

haría que los estudiantes y futuros profesionales

puedan tener un estilo de vida más digno.

El mundo laboral al que te enfrentas

es un mundo laboral cada vez más cambiante.

Es un mundo laboral donde, por ejemplo,

ahora acaba de emerger la inteligencia artificial.

Es un mundo laboral donde

seguramente tú tendrás que formarte más veces,

o a lo mejor no conseguirás mantener

el mismo trabajo a lo largo de tu vida laboral.

¿Esto es algo que tú ya piensas

que va a ser una realidad a la que vas a tener que enfrentarte?

Claro, completamente.

El debate de la inteligencia artificial

si bien es bastante nuevo y bastante amplio,

creo que es algo que debemos tomar en cuenta,

sobre todo como profesionales jóvenes.

He visto que cada vez más hay jóvenes que incursionan por ese lado.

Si estudiaron en sus estudios de tercer nivel o cuarto

nivel quizá algo relacionado a las ciencias sociales,

siempre tienen esta visión abierta

para incursionar en el lado más tecnológico.

Sí es algo que debemos tener sobre la mesa.

Sin embargo, también creo

que eso no necesariamente significa un riesgo latente.

Ahora, como jóvenes pienso que deberíamos siempre seguir en formación,

siempre continuar cuestionándonos, continuar creciendo profesionalmente.

Obviamente también dándonos cuenta de los nuevos retos

y de las nuevas exigencias del presente y del futuro cercano.

Gracias, Katherine.

Susana, te hago las mismas preguntas.

¿Qué deberían hacer los empresarios -y añadiría

los gobiernos y no olvidemos tampoco a los sindicatos-.

para ayudar a los jóvenes a encontrar un empleo,

especialmente en un mundo laboral tan cambiante?

Muy bien.

Lo primero es imaginarnos el mercado de trabajo en el que queremos

que los jóvenes tengan un desarrollo productivo.

Si pensamos en este mercado de trabajo como el destino

estamos buscando en un mercado

de trabajo que sea creciente,

que sea dinámico, que utilice los elementos macroeconómicos,

las políticas sectoriales,

las políticas fiscales para crear empleos para los jóvenes.

Especialmente sectores emergentes.

Ya hiciste mención, por ejemplo, de la economía digital.

También están las oportunidades particulares para los jóvenes

en la economía verde y en las economías del cuidado.

Es importante para los gobiernos,

empleadores y trabajadores pensar en implementar,

pero al mismo tiempo promover políticas

macroeconómicas que promuevan el empleo de los jóvenes.

El segundo elemento es la senda, cuál es esa senda

que los jóvenes van a recorrer para llegar al destino.

Aquí naturalmente estamos hablando

del desarrollo de las habilidades de los jóvenes.

Es muy importante desarrollar sus competencias

y no solamente desarrollar competencias,

sino competencias que están basadas en la demanda,

mirar cuáles son las necesidades

del sector productivo y entregarle a los jóvenes--

Equiparlos con las habilidades y las competencias

que les ayuden a participar en el mercado del trabajo.

Gracias, Susana, por explicarnos a grandes rasgos

cómo está el empleo juvenil en el mundo.

Gracias, Katherine, por compartir con nosotros tu experiencia.

Hoy hemos hablado de trabajo juvenil con Susana Puerto,

que es jefa del acelerador del empleo juvenil de la OIT,

y Katherine Velasteguí, que efectuó sus prácticas aquí en la OIT

y que ha sido tan amable de venir a hablar con nosotros.

Aquí termina nuestro podcast.

En las próximas semanas seguiremos hablando de las profundas

transformaciones que está experimentando el mundo laboral.

Les recuerdo que pueden seguirnos en las redes sociales en LinkedIn,

en TikTok y en X; @OITnoticias.

Por ahora nos despedimos.

Hasta pronto.

Para otro episodio de Las Voces de la OIT.

[música]