-Hola y bienvenidos a este nuevo episodio de Las voces de la OIT.
Un podcast en el que hablamos de los problemas
y de las cuestiones del mundo del trabajo y de las profundas transformaciones
que está viviendo.
Hoy vamos a hablar de la felicidad en el trabajo.
Para definir qué es la felicidad en el trabajo tenemos que definir qué es
la felicidad para las personas, lo que hace feliz a una persona
puede no hacer feliz a otra.
Los directivos que tienen dos, tres o incluso cuatro generaciones distintas
en sus equipos se preguntan a menudo
cómo pueden poner en práctica medidas que hagan felices tanto a los milenials
como a los empleados que se acercan a la jubilación,
con solo poner un ejemplo.
Sus necesidades, ambiciones, expectativas suelen ser muy distintas.
Hoy vamos a hablar de esto con María Graciani,
asesora en temas de felicidad, liderazgo y motivación.
Autora de ocho libros sobre la cuestión,
y que lleva ya 10 años ocupándose de la felicidad ajena.
Hola María, muchas gracias por estar con nosotros.
-Hola Isabel, un placer y una alegría estar aquí con vosotros.
-Empecemos con lo más básico.
¿De qué depende la felicidad en el trabajo?
-Isabel, a mí me gusta decir que la felicidad en el trabajo
depende sobre todo de cinco esenciales.
De la originalidad, la coherencia, la conexión, la diversión,
y la innovación.
Digamos que son los cinco pasos de la FIFA,
de la original FIdelidad del FAn.
El FAn es el paso evolutivo del cliente, tanto del cliente interno,
es decir, de tu empleado como del cliente externo.
Si eres original, porque el primer paso al éxito comienza
en ti mismo, siendo fiel a tu autenticidad,
a tu propia esencia,
es como se marca la diferencia.
Por supuesto, luego viene el segundo paso que tiene que ser una coherencia
entre lo que se predica y lo que efectivamente se hace.
Porque si hay una disonancia, tanto el cliente externo
como el cliente interno, la gente no es tonta
y en seguida no le gusta.
Para crear una auténtica experiencia no le gusta algo que no cace,
algo que sea falso.
El tercer escalón es la conexión.
Después de ver que eres original, que eres auténtico,
que efectivamente haces lo que dices y dices lo que haces,
comienza una especie de química energética,
una simbiosis de decir, "Esta persona me entiende".
Ahí es donde se empieza a crear la experiencia emocional.
Eso es lo que hace que el cliente, no solo te compre una vez,
sino que vaya hablando bien de ti.
Se crea reputación que es superimportante.
Esos son múltiples experiencias posible.
Originalidad, coherencia, conexión, diversión.
Es que es fundamental divertirse, hacerlo pasar bien
tanto uno mismo como a los demás, porque ser amable es rentable.
De hecho, diversión, a mí que me encantan
las etimologías viene de divertere que significa tirar por varios sitios.
La diversión es la mejor amiga de la creatividad,
que es un paso fundamental para generación de beneficios,
resolución de conflictos, generación de clima emocional.
Por supuesto, el último paso que os comentaba de la felicidad laboral
es la innovación.
Un éxito está muy bien, pero para seguir exiteando,
un nuevo verbo, tremendamente, hay que saber refrescarse,
ser un imán de tendencia y seguir siendo fiel
al camino de la excelencia.
Digamos que con esos cinco pilares de la original FIFA,
la FIdelidad del FAn,
la entidad reguladora del comportamiento empresarial
a nivel mundial, vas a triunfar con la originalidad,
la coherencia, la conexión, la diversión y la innovación.
-Como tú dices, y me ha gustado esa frase, ser amable es rentable para las empresas.
No solamente tienen que tener a sus empleados felices
como aspiración personal sino también
porque cuando uno es más feliz también trabaja mejor, ¿no?
-Totalmente Isabel.
Es que eso se transmite, va intrínseco
en el paso de la originalidad y de la autenticidad.
Como mi madre solía decir, "Los lugares los hacen las personas".
La empresa no es una excepción, es nuestro lugar de trabajo.
Si para ti la persona no merece tu principal respeto
y tu pasión, digamos que estás faltándole el respeto a tu negocio.
Porque quien no atiende a las personas, no atiende a su negocio.
Cada uno de tus empleados es un singular embajador de tu marca
y si tú no tienes a cada uno de tus empleados contentos, felices,
orgullosos, satisfechos de sumarse a tu proyecto exitoso
y, digamos, nombrar los generadores de ese valor y que el cliente lo palpe,
entonces no tendrás nada por más genial que sea tu idea o por más estupendo
que sea tu producto.
-Eso de forma concreta, ¿cómo se aplica?
¿Qué te preguntan las empresas?
¿Es a nivel de organización, es a nivel de comunicación
entre las personas que trabajan o entre los responsables de la empresa
y sus trabajadores?
En términos concretos, ¿esto cómo se hace?
-Verás, Isabel, sí que es verdad que depende mucho del sector,
si son los directivos, los mandos intermedios,
la edad del personal, el objetivo que se quiera conseguir.
Sí que es verdad que la mayoría de los casos,
los problemas vienen mucho de la mano de una mala comunicación,
de una mala gestión de conflicto.
Digamos que el germen de todo esto es el consabido tema
de la inteligencia emocional,
el ser emocionalmente inteligente, el no saber enfocar debidamente
el sentido del liderazgo.
Porque muchas veces esto se ve hasta con los niños,
que tú les preguntas, "Oye, ¿quién es el jefe?"
y te dicen, "El que manda",
error porque esa concepción también la tenemos muchos adultos,
y el jefe, normalmente el jefe se escribe con J,
yo eso lo defino como jodón eficaz de entorno.
Jefe con J nadie le gusta.
A mí me gusta mi jefe con G, que es el gestor de la felicidad que,
haciendo una analogía con el embarazo, es el que gesta la felicidad,
la verdadera, no un sucedaño.
Desde el interior la alimenta hacia el exterior y la proyecta,
eso es fundamental.
Así como se crea el jefe, el gestor de la felicidad y la diva,
la directora del valor.
Tanto uno como otro digamos que son el auténtico motor de su empresa
y tiene que creer, no solo en su producto, que también, por supuesto,
sino, qué les llevo a hacer ese producto, qué les inspiro, cuál es su pasión.
Intentar hacer que ese corazón lata por más dificultades
que se te vayan poniendo en el camino, porque en el momento
que ese corazoncito se empieza a apagar, los trabajadores lo ven,
lo interiorizan y, entonces, empieza efectivamente la monotonía,
la falta de interés, la presencialidad física,
pero no ni mental, ni emocional.
Si no se aporta el valor intangible, tu negocio se empieza a volver invisible
y eso no puede ser. -Sí.
Yo creo que ese valor intangible se ha medido todavía más
con el tema del COVID, la pandemia, el confinamiento ha hecho
que mucha gente se pregunte si realmente los trabajos
que estaban haciendo eran lo que les gustaba.
Yo creo que se habla mucho más de felicidad desde la pandemia
y es un factor cada vez más importante en lo que es
la configuración de la empresa.
¿Tú también lo estás viendo?
-Totalmente, Isabel, porque en estos dos años
que hemos vivido de pandemia, de confinamiento,
la inmensa mayoría de las personas hemos tenido que aprender a hacer
las cosas de otra manera, desde nuestra casa,
se nos ha quitado lo humano del humano, que es ese pilar
que hablamos antes de la FIdelidad del FAn,
del saber conectar, del estar ahí.
Porque indudablemente la tecnología te facilita el conectar,
digamos en minúscula, de otra manera, digitalmente.
Al no estar ese tú a tú, nos ha venido mal por una parte
porque se nos ha olvidado un poquito el personalizar y el trato a cara a cara,
que es tan importante y tan fundamental para crear la experiencia,
ya no de negocios, sino la experiencia de vocación
que lo vivan así tanto tus clientes internos
como externos.
Por otra parte, el confinamiento nos ha venido muy bien precisamente
para profundizar en nuestro autoconocimiento,
en qué cosas necesito yo ahora que tengo tantas horas de encierro.
Esa labor introspectiva, en cierta forma,
en el sentido etimológico de diversión,
lo que decíamos de divertere, de tirar por varios lados,
nos ha ayudado mejor a descubrir parcelas de nuestras habilidades
que aún ni conocíamos, a interiorizar un poquito más en el tú.
A mí que me encanta jugar con las palabras.
Isabel, ya me irás descubriendo.
Como digo en mi libro Lo importante, TÚ, el talento único es el que conquista
a todos los públicos y para eso tiene que empezar por conquistarse a si mismo.
Nos hemos dado cuenta
que para estar bien con los demás es fundamental,
el primer paso es estar bien mental, física y emocionalmente con uno mismo,
porque son esas buenas personas las que dan BESOS,
los beneficios sostenibles.
-Exactamente. Priorizar lo que es importante.
¿Cómo las empresas pueden medir la felicidad de sus trabajadores?
Es decir, que cuando tú estás hablando en estos seminarios y tal.
Hay una forma en que deberían preguntar ellos mismos
a sus trabajadores o haber un diálogo, como tú dices, más importante, ¿no?
-Isabel, esto se ve a dos niveles.
Es un mix.
Metemos en una coctelera los resultados del clima laboral interno
y los resultados a nivel de beneficio externo,
y ahí, en ese mix agitado de ambos clientes,
tienes el resultado de si verdaderamente la empresa goza
de una buena salud emocional.
Porque lo que decíamos antes es totalmente cierto.
El ser amable es rentable.
Esa rentabilidad, por tanto,
es consecuencia de un buen estado emocional de la empresa.
A mí que tanto me gusta salir a correr por las mañanas temprano,
que me da una vitalidad maravillosa.
Yo muchas veces hago una analogía con esto de salir a correr y la empresa.
Salir a correr, ¿qué hace falta?
Entrenamiento, disciplina, concentración, que todos los miembros del cuerpo, cabeza,
piernas, brazos estén en perfecta armonía.
Hace falta un oxígeno porque si no no disfrutas del reto.
En una empresa pasa lo mismo, deja de disfrutar cuando te falta
el oxígeno.
Sin embargo, si todos los miembros, cada departamento, el brazo, la pierna,
la cabeza, el corazón, si cada uno cumple su función,
se nutre enormemente la visión empresarial y la satisfacción.
Yo tengo un lema también que lo aplico mucho en las empresas
cuando me preguntan por estos temas,
que reformulando el adagio latino carpe diem, el toma el ahora.
Yo hago el calpe diem, que es la calidad personal.
Diem dirige la empresa, que digamos que es toma la valía, la tuya,
la de tu gente y con ella te llena tanto profesional
como humanamente.
Esto es básico para funcionar bien a todos los niveles.
-Esperemos que las empresas te escuchen, escuchen tus consejos
y hagan que sus empleados, sus trabajadores sean más felices.
Hoy hemos estado hablando de felicidad con María Graciani.
Muchas gracias María por haber estado con nosotros.
María es asesora en temas de felicidad, liderazgo y motivación.
Así terminamos nuestro podcast hoy.
En las próximas semanas seguiremos hablando de los cambios
en el mundo del trabajo.
Por ahora nos despedimos y nos vemos pronto
con otro episodio de Las Voces de la OIT.