-Hola y bienvenidos a este nuevo episodio de Las Voces de la OIT.
Un podcast en el que hablamos los problemas
y de las cuestiones del mundo del trabajo y de las profundas transformaciones
que está viviendo.
Hoy vamos a hablar de la inteligencia artificial
y muy particularmente de ChatGPT, este prototipo de chatbot
desarrollado en 2022 por OpenAI,
que se especializa en el diálogo y que ha dado tanto de que hablar.
Vamos a hablar de su incidencia en el mundo laboral
y muy en particular en América Latina.
¿Será cierto que esta nueva tecnología cambia
el presente y el futuro del trabajo?
¿Cuál es la verdadera capacidad que tiene para reemplazar tareas que realizamos
hoy en día los humanos?
¿Vamos a ser prescindibles?
¿Es muy diferente de otras tecnologías que ya existían?
Vamos a hablar de todo esto con Cristina Pombo,
economista del Banco Interamericano de Desarrollo,
que trabaja en la intersección de la tecnología
y el Gobierno de la ética y de la inteligencia artificial.
Hola, Cristina.
Muchísimas gracias por estar con nosotros.
-Muchas gracias a ti Isabel, por invitarme.
-Estamos ante un nuevo paradigma tecnológico
que va a revolucionar el mundo o ante un salto tecnológico
como otros tantos que han cambiado el mundo del trabajo.
-Tiene sus fans de lado y lado.
Hay quienes dicen que esto sí lo va a revolucionar todo y otros que dicen,
"Esto es uno más".
Yo estoy en la línea Isabel,
de los que pensamos que va a revolucionar todo lo que hacemos.
Creo que es una tecnología que nos va a poner a repensar la manera
cómo articulamos muchas de las tareas que tenemos en el día a día
y esa es la magia que tiene.
Nos va a poner a pensar en cómo nos relacionamos
con los dispositivos digitales, cómo damos nuestros datos,
cómo pensamos el futuro.
Creo que estamos ante una revolución bien importante.
-Realmente un reto.
Justamente le he preguntado a ChatGPT,
¿qué impacto piensa que tendrá en el mercado laboral?
Esto es lo que dice.
Dice que puede tener un impacto potencial en el mercado laboral en varias áreas,
como la traducción, la redacción de contenidos,
la asistencia virtual, la investigación en línea.
También es posible que vaya a crearse nuevos empleos, pero subraya,
sobre todo, que el impacto en el mercado laboral dependerá
de cómo se adapten las empresas y los trabajadores a esta tecnología.
Así que es hora de ponerse en marcha y de ponerse las pilas
para estar a la altura de ChatGPT.
-Seguro, pero además piensa que no solo de ChatGPT.
ChatGPT usa esta tecnología que se conoce como Generative Pre-trained Transformer,
el chat que le pones antes es porque es un chatbot,
como tú misma dijiste,
pero hay otro montón de herramientas que están basadas en GPT
que hacen muchas más cosas, que solo conversar contigo.
-Es la punta del iceberg esto,
hay mucho más. -Claro, muchísimo más.
Ya hay herramientas que tienen
un acceso a Internet mucho más amplio que lo que tiene ChatGPT,
que hace no solamente generación de texto, pero que lo integra
con distinta información.
Tienes ya herramientas específicas, por ejemplo,
de asesoría financiera.
Piensa que la industria de la asesoría financiera mueve millones,
porque estamos acostumbrados a que sea alguien quien nos revise
nuestras inversiones.
Esta herramienta tiene
la capacidad de ser un advisor que tiene acceso
a un montón de información, eso solo para darte un ejemplo.
Creo que esta tecnología GPT es la que nos va a revolucionar,
no solo el chat, sino todo lo que puedes hacer con GPT
y a eso es a lo que hay que ponerle atención.
-¿Qué va a pasar con nosotros, con los humanos?
En un informe reciente, Goldman Sachs, calcula que hay
300 millones de puestos de trabajo en todo el mundo
que podrían ser sustituidos por la inteligencia artificial,
eso supone más o menos una cuarta parte de la actividad mundial.
Entre las categorías laborales más afectadas,
las tareas administrativas, pero el informe también habla
de Fuerzas Armadas, de la agricultura, la silvicultura,
la pesca y como otros sectores más susceptibles a la automatización.
El banco estadounidense también se refiere a esta tecnología como un gran avance,
ya que la aparición de estos modelos
también podría crear nuevos puestos de trabajo
y anticipa un impulso de la productividad y aumentando el PIB mundial en un 7%.
¿Todos estos cálculos no son un poco prematuros?
Visto que solamente estamos un poco viendo,
solo como decías antes, la punta del iceberg de estos programas,
¿qué crees?
-A mí me cuesta trabajo creer todas estas predicciones apocalípticas,
estoy de acuerdo que se van a cambiar las tareas que hacemos,
yo preferiría en lugar de decir que se van a acabar,
creo que se van a ajustar las tareas que hacemos.
Ahora,
yo no estoy segura que todos los puestos se vayan a reemplazar,
pero si se van a reemplazar los puestos que no usan estas herramientas
de inteligencia artificial.
Puede que a ti como periodista, si eres periodista Isabel,
no te vaya a reemplazar un robot,
pero sí te va a reemplazar un periodista
o una periodista que sabe usar las herramientas digitales
si tú no la sabes usar.
Ese es el gran cambio que va a hacer.
Similar a las otras revoluciones que ha habido,
los trabajadores nos vamos a enfrentar a la amenaza
de que la inteligencia artificial pueda hacer que cambiemos.
Me encanta lo que dices de tenemos que estar es más preparados para hacerlo.
Seguramente,
trabajos más rutinarios van a ser afectados.
Piensa tú también como en los customer service.
-Los servicios para los clientes.
-En los servicios para los clientes.
Los servicios para los clientes suelen ser bastante difíciles.
Tú llamas, te tienen ahí horas y es difícil de comunicarte.
La inteligencia artificial puede fortalecer muchísimo
estos servicios, puede hacerlos mucho más fácil.
Las empresas que van a ser capaces de usarlo van a estar mucho mejor
a aquellas que no lo usan.
Creo sí que tenemos que empezar
desde muy temprano en el ciclo de vida de las personas
a ponerlos al tanto de estas herramientas.
-¿Hay que prepararse?
Eso también puede ser difícil para poblaciones quizás más vulnerables,
los jóvenes que entran en el mercado de trabajo
o los empleados más mayores que tienen dificultad en reconvertirse.
También quizás puede implicar una precarización
aún de trabajos existentes o multiplicar cosas que ya existen,
como las subcontratas de la informática en países terceros,
normalmente países en desarrollo.
Es decir, vamos a cambiar estos tipos de trabajo.
¿Tú cómo lo ves, por ejemplo, en América Latina?
-Seguro, Isabel.
Creo que la inteligencia artificial tiene muchísimo potencial.
Yo estoy de acuerdo con esa frase, tiene amplias posibilidades de optimizar
los procesos de producción y de negocios,
aplicaciones para mejorar la productividad,
la seguridad e incrementar la velocidad de los flujos de trabajo.
A los médicos les puede ayudar a hacer diagnósticos más fáciles,
a los profesores hacer sesiones más personalizadas,
pero también tiene muchísimos riesgos
de aumentar las brechas de desigualdad
que vemos en el mundo análogo.
Tú lo decías, en América Latina el talento digital
todavía está muy por detrás de cómo están en otras regiones del mundo.
Necesitamos en la región ponernos mucho más a la vanguardia
de lo que está pasando.
No solamente con el talento digital, piensa que los datos y la información
con la que se entrenan estos modelos
son generalmente de bases de datos construidas en Estados Unidos
o en Europa,
cuyas características son muy similares, hombres blancos.
Lo que hace que para el trabajo, y eso le pasó a Amazon hace unos años,
su sistema de reclutamiento dejaba por fuera un montón de mujeres,
porque suponía por una base de datos entrenada con información pasada
de si hacía predicciones de a quiénes se debía contratar
y como en el pasado había contratado hombres,
en el futuro debía contratar con las mismas características,
es decir, hombres.
Puedes empezar a dejar gente
de grupos diversos y de poblaciones más vulnerables,
que son en América Latina y el Caribe el 40% de la población pertenece
a lo que llamamos grupos minoritarios, que no son minoritarios.
Si no usas datos de esas poblaciones para entrenar todos estos modelos
vas a tener
un gran problema y vas a tener no solamente--
-Discriminado por la propia inteligencia artificial
que reproduce los mismos esquemas de los humanos que discriminan.
Es una doble discriminación. -Es una doble discriminación, exactamente.
No solamente vas a tener trabajos puede que más precarios, como decías tú,
pero también los trabajos que en teoría o las decisiones que están tomando
para hacerte mejor,
porque lo hace un robot o una inteligencia artificial,
puede que te veas afectado.
-En América Latina hay una concienciación de que esto puede pasar,
de que va a pasar, de que ya ha pasado y qué medidas se pueden tomar a veces
en países donde ya hay escasos recursos para abortar temas más urgentes.
-Yo creo que a nivel de la población no se está tan consciente.
Es cierto, porque además ves tú los beneficios de un motón de cosas,
no te das cuenta.
Es difícil ponerle a la gente los ejemplos de cómo se pueden ver discriminados.
Eso, si te digo la verdad, ha sido muy bueno de ChatGPT,
porque puso a la gente a interactuar con un motor de inteligencia artificial
y a darse cuenta que las respuestas tal vez eran un poco extrañas
y a preguntarse,
"¿Por qué me está dando estas respuestas?".
A entender que las respuestas que te dan dependen
de los datos que lo alimenten.
Ahí es cuando la gente ha empezado a decir, "Aquí hay algo".
Para los formuladores de políticas o para los creadores de la tecnología,
esto no es nuevo.
Esto lo sabían. -Claro, pero por lo menos
la concienciación,
la explosión que ahora solo se habla de ChatGPT
y de otros elementos de inteligencia artificial,
que pueden crear también imágenes de la nada,
ha hecho justamente que este debate aflore
entre el público y a lo mejor que los gobernantes
tomen decisiones al respecto.
-Claro. Que empiecen a ser las preguntas que son, las preguntas correctas.
Tú piensa que para que un juguete normal llegue a la estantería de un almacén,
ha pasado por un montón de procesos de revisión.
¿Por qué no hacemos lo mismo con los algoritmos
de los juegos de los celulares, por ejemplo, o del algoritmo de TikTok?
¿Por qué pensamos que con la tecnología no hay que hacer lo mismo?
La sociedad civil empieza a hacer las preguntas correctas
y a los gobernantes también a decirles, "¿Usted cómo está regulando esto?
¿Cómo nos protegemos de esto?".
-Una de las respuestas a estas preguntas que nos hacemos es proponer una moratoria,
que es lo que ha hecho Elon Musk, fundador de Tesla y
cientos de expertos cuando firmaron a finales de marzo
una petición en la que proponen que se paralice
durante seis meses la investigación sobre inteligencia artificial,
porque piensan que hay riesgos importantes
para la humanidad.
De hecho, el propio Sam Altman es responsable de OpenIA,
el desarrollador de ChatGPT, admitió estar un poco asustado
por su creación y que la sociedad necesitaba un poquito de tiempo
para adaptarse.
¿A ti la moratoria te parece una respuesta valida
o es que esto ya está yendo demasiado de prisa
y hay que empezar obteniendo respuestas ya?
-Yo creo que en la teoría la moratoria suena muy bien.
Tú puedes decir, "Parémonos a pensar",
pero en la práctica
es muy complicado.
Eso nos lo ha enseñado otras tecnologías que se han desarrollado en el mundo.
Piensa tú, el proyecto de la bomba atómica fue muy parecido
y también hubo discusiones.
A un nivel más pequeñito porque no estaba
casi todo el mundo involucrado
sobre si se deberían parar las investigaciones.
Yo creo que está bueno generar conciencia,
está muy bueno que las grandes tecnológicas
también se pregunten sobre el modelo de negocio
de este tipo de herramientas,
porque creo que esa pregunta hace falta hacerse,
¿cuál es el modelo realmente de negocio detrás de esto?
Ahora claro,
no quiero pensar mal, pero mi abuela decía,
"Piensa mal y acertaras".
Después de que OpenIA lo compra Microsoft y empieza a tener muchísimo más acceso.
Ahí es cuando Elon Musk dice,
"Un momento, ¿por qué no paramos y pensamos".
Cuando tu competencia empieza a avanzar. -Sí, cuando tu competencia--
Ahí estamos. -Claro.
Sí creo que tenemos que ser mucho más agresivos.
-Proactivos. -Proactivos en la manera
cómo también el Gobierno empieza a regular este tipo de cosas.
La autorregulación no es suficiente, ya nos dimos cuenta
que las empresas tengan un set de principios sobre el uso responsable,
no vale.
Necesitas ser mucho más intencional a la hora de decir
cómo quieres que se maneje la información y esta tecnología,
que en ultimas va a reflejar lo que tú quieres que sea tu sociedad.
-Claro. Si las empresas no pueden autorregularse,
cosa que ya hemos comprobado en otros dominios.
¿Cuál sería la fórmula que los gobiernos y las empresas lleguen a un acuerdo?
Que los gobiernos u organizaciones, por ejemplo, la OCD,
donde tú también trabajas como experta,
lancen propuestas o unos varemos o unos criterios.
¿Es una mezcla de estas soluciones?
¿Cuál sería un poquito la posibilidad de regular, si es posible,
esta nueva inteligencia artificial y sobre todo sus efectos
en el mercado laboral?
-Esto es algo que se está discutiendo constantemente.
Constantemente estamos pensando y según hablamos
esto se está discutiendo en muchos ámbitos.
¿Cuáles son las opciones de política y de gobernanza de los modelos
de inteligencia artificial en diferentes contextos?
Para el mercado laborar tiene mucho sentido pensarlo
en diferentes contextos.
Tú tienes que pensar cuáles son las condiciones que tienes
para tus empleados y para tu fuerza laboral
o para aquellos no están en el mercado laboral,
que están fuera del mercado laboral,
que se van a ver afectados por este tipo de tecnologías.
Creo que existen varias posibilidades de mezclar opciones de política.
Tú puedes tener como lo tiene, por ejemplo,
lo que está pensando la Unión Europea y eso es una clasificación
de cuáles son herramientas de más alto riesgo
y regular las que son de más alto riesgo
o puedes tener otras como la que se quiere discutir
en Estados Unidos, que no es necesariamente
por más alto riesgo, sino por el efecto que tienen
los sistemas automáticos de decisión
en la gente.
Puedes tener una gobernanza más colaborativa y tratar
de juntar a distintos gobiernos o distintos actores para hacerlo.
Puedes tener una gobernanza que sea más basada a una aproximación
a riesgo o tienes basada en una aproximación a los resultados.
Existen diferentes mecanismos, pero sí creo que aquí tiene que ser
una gobernanza interdisciplinaria.
Hay que tener en el caso
del mercado laboral,
hay que tener a la sociedad civil sentada también pensando
y a la hora de tomar acciones, hacer frente a estos desafíos.
Hay que considerar el dialogo social, sin duda.
-Sí, que también puedan tomar decisiones
las empresas, los gobiernos, los trabajadores afectados.
ChatGPT también ha puesto sobre la mesa el debate de lo que tú decías antes,
de que las empresas y los trabajadores deben adaptarse.
Esto desafortunadamente es costoso, la recalificación no es fácil.
Esto es otro tema que también hay en otros ámbitos del mercado laboral,
pero yo creo que ChatGPT ha puesto también sobre la mesa.
-Sin duda.
Creo que, como le dicen, este tsunami tecnológico
está avanzando a una rapidez tal, que adquirir un solo título,
una cualificación o una certificación ya no va a ser suficiente.
Tenemos que considerar estar en constante capacitación y actualización,
en procesos de reconversión, mejorar las habilidades.
Creo que el sistema educativo también se tiene que repensar.
Por eso te decía al principio que esto hace
que toda la sociedad se reajuste.
El accionar público y privado va a tener que estar presente
para apoyar a los trabajadores ante este desafío
de transformación digital
y la implementación de la inteligencia artificial.
Creo que el objetivo, como decías tú al principio,
es las personas y las empresas estemos preparadas
para aprovechar estas oportunidades que traen los avances tecnológicos
y muy conscientes de los riesgos en los que podamos incurrir.
-Quizás antes haya que tranquilizar un poquito el debate
porque en este momento yo creo que sobre todo priman las imágenes
que tenemos todos de los robots que van a hacer
que seamos totalmente prescindibles.
[risas]
Antes quizás, habrá que pausar un poquito el debate
y poder hablar más claramente, ¿no te parece?
-Sí, me gusta mucho eso
que dices.
Están en un lado,
lo que te decía, de los apocalípticos, que dicen que todo se va a acabar.
En el otro lado están los que dicen, "Nada va a pasar".
Si tú piensas en América Latina y el Caribe,
es una región que tiene bastantes problemas
y bastantes retos por ponerlo así,
que hay que subsanar antes de empezar a pensar en estas cosas.
Tenemos la oportunidad de empezar a hacerlo bien.
Si sabemos que estos motores de inteligencia artificial
se alimentan con información
y las bases de datos y la información en América Latina y el Caribe
todavía no están lo suficientemente robustas,
ahora que las empezamos a trabajar,
hagámoslo bien, empecémoslo a hacer bien.
Si vamos a empezar a enseñarle habilidades digital
desde los más pequeñitos
para que cuando puedan entrar al mercado laboral,
sea más fácil reconvertirse,
tenemos una muy buena oportunidad para hacerlo.
Creo que lo que hay que ver es el lado positivo de esto
y de todas las oportunidades que nos abre.
-Empezar cuanto antes.
Espero que encontremos un término medio entre los apocalípticos y los optimistas.
Hoy hemos estado hablando de inteligencia artificial
con Cristina Pombo, economista del Banco Interamericano de Desarrollo.
Así terminamos nuestro podcast.
En las próximas semanas seguiremos hablando
de los cambios en el mundo del trabajo.
Por ahora nos despedimos y nos vemos muy pronto en otro episodio
de Las Voces de la OIT.