El trabajo infantil en las minas de jade de Myanmar puede ser mortal 

Me llamo Min Min. Abandoné el colegio cuando cursaba tercer grado. Soñaba con ser maestro. Ahora tengo casi 13 años.

Vivo con mi tío y mi tía. Llegué aquí el verano pasado. Cuando me levanto en la mañana, salgo a buscar piedras de jade. En la noche, salgo otra vez alrededor de las 10. Buscar estas piedras es agotador. Las que encuentro son pequeñas. 

La piedra de jade más valiosa que he encontrado valía cerca de 100.000 kyat (100 dólares aproximadamente).  

Todo depende del tamaño de las piedras que encontramos, si son muy grandes la empresa minera nos quita la mitad de lo que ganamos. Arriesgamos nuestras vidas por estas piedras. Anoche murió un hombre. Lo vi con mis propios ojos.

He visto a otros consumir drogas y volverse adictos. Yo no quiero consumir drogas. Me gusta el fútbol y el chinlone (el deporte nacional de Myanmar). Algunas veces juego por las tardes.

Mis padres no viven aquí. Mi papá también busca piedras de jade. Mi mamá se queda en casa para cocinar y limpiar. Tengo seis hermanos. Mi hermano más pequeño va al colegio. No quiero que deje de estudiar, deseo que sea una persona instruida. Estoy ahorrando.

Cuando sea grande quiero tener una casa y cuidar a mi familia.