Cuando era muy pequeña, mis padres murieron a causa del VIH. Años después, me enteré de que yo también era seropositiva. He sufrido el estigma social a causa de mi estado serológico. Pero quiero que la gente entienda que se trata de un trastorno gestionable, y que quienes lo padecemos podemos vivir la misma vida que todo el mundo. No deberíamos ser discriminados.
Tengo 23 años; nací y crecí en Surat, India.
Cuando tenía alrededor de cuatro años murió mi padre. Solo en las fases tardías de su enfermedad se detectó que tenia el VIH, de modo que no pudo recibir el tratamiento adecuado.
Aproximadamente un año más tarde, en 2006, también murió mi madre. Había empezado a recibir tratamiento contra el VIH tras detectarse que mi padre era seropositivo, pero no pudo recuperarse. Desde entonces vivo con mi abuela materna y mi tío.
Una vez fallecidos mis padres a mí no me hicieron la prueba de detección del VIH inmediatamente. Cuando pocos años después mi tío pidió que todos los miembros de la familia nos hiciéramos el análisis descubrí mi estado serológico con respecto al virus.
Se confirmó que todos en la familia eran seronegativos excepto yo. Yo era seropositiva.
Cuando mi padre murió, ninguno de sus familiares se acercó a verlo al hospital. Dijeron que no querían tocar su cuerpo por temor a contraer el VIH.
Sigo en contacto con mi familia paterna pero nunca me invitan a ir de visita. El estigma está allí.
Las personas podemos contraer una enfermedad en cualquier momento de la vida y todo el mundo afronta problemas, así que, ¿por qué deberíamos vivir con temor?
El VIH ya tiene un signo positivo en su nombre, así que, ¿por qué deberíamos verlo con tanta negatividad?
Pese a que no recuerdo gran cosa de mis padres, sé que mi madre dijo que yo debía ser el orgullo de mis progenitores y de mi familia.
Ahora aspiro a colaborar con mi comunidad.
En 2014 comencé el tratamiento contra el VIH a través de una organización comunitaria sin fines de lucro, The Gujarat State Network of Positive People, o GSNP+.
Cuando iba el colegio me ausentaba mucho. Parte del tratamiento requería estar internada en el hospital entre 10 y 15 días parar asegurarse de que no hubiera efectos secundarios.
En esa época, la escuela llamó a mi tío para preguntar la razón de mis frecuentes ausencias. Confiábamos en el personal, y les confiamos mi estado serológico con respecto al VIH. Pero lo divulgaron y me perjudicaron.
Mi tutora comunicó mi situación a toda la clase, tras lo cual tuve que hacer frente a comentarios peyorativos de mis compañeros.
Pese a todo, algunos amigos fueron solidarios. Me recordaron que yo no había hecho nada malo. Había contraído el VIH al nacer y no tenia que tomarme los comentarios a pecho.
Al terminar mis estudios, yo quería ganarme la vida y ser independiente, pero en el colegio no había personal que nos orientara adecuadamente sobre qué hacer después de egresar.
Siempre me interesó el arte, así que quería hacer algo creativo. Hace dos años se me presentó la oportunidad de hacer cursos de desarrollo de las competencias. Con la ayuda de la OIT y ONUSIDA recibí capacitación a través de la red GSNP+ y estudié informática y costura.
El curso de costura duró unos seis meses. Empezó por lo elemental sobre cómo utilizar una máquina de coser, cómo cortar la tela y cómo hacer moldes. A continuación aprendimos a crear un producto completo.
En la actualidad, trabajo desde casa cosiendo para amistades y vecinos. Con lo que gano cubro mis propios gastos y ayudo a mantener a mi familia.
Hace aproximadamente un año decidí hacer público que era seropositiva.
Antes de ello, estaba saliendo con alguien que era seronegativo para el VIH. Se me presionaba para que no revelara mi estado serológico a su familia; al final, se negó a casarse conmigo.
Allí me di cuenta de la importancia de dar a conocer el propio estado serológico. No quería ocultar algo semejante. Quería vivir en libertad.
El derecho a vivir y el derecho a la libertad personal figuran en la Constitución de la India. Este derecho es aplicable a todos los ciudadanos y ciudadanas, incluso si se vive con el VIH o se tiene otro problema, por lo que no deberíamos ser discriminados.
Durante mi formación, conocí a otras personas de mi edad con el mismo diagnóstico. Me sirvió para sentirme menos sola. Me animó saber que hay otras personas en mi misma situación.
Desde hace dos años soy voluntaria en la red GSNP+, pues quiero ayudar a mi comunidad.
Muchos jóvenes dudan sobre compartir o no sus problemas con las personas mayores de la comunidad, así que para ellos es útil contar con un(a) voluntario/a de una edad parecida.
Les preguntamos si están teniendo algún tipo de problema y nos ofrecemos a visitar a los familiares, para ayudarlos a explicarles la situación.
Ahora que mi estado serológico es conocido, otras personas también están dispuestas a abrirse y a hablar conmigo, pues sienten que puedo comprenderlas mejor.
En el futuro, quiero entrar a trabajar en el Servicio de Policía de la India (IPS). En la actualidad estoy preparándome en línea para el examen de ingreso a la Administración Pública. Es el objetivo que me he planteado.
Ya me he presentado una vez al examen de ingreso a la Administración Pública. Justo en esa época, mi abuela quedó paralítica y no logré aprobar. Me deprimí y pensé en abandonar la idea.
Hablé con el personal de la red GSNP+ porque me sentía mentalmente bloqueada. Fueron de gran ayuda y logré retomar la preparación para preparar de nuevo el examen de ingreso.